Juan Mari Larrañaga Ysasi-Ysasmendi, autor de este blog

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sábado, 28 de enero de 2012

Domingo IV del Tiempo Ordinario-ciclo B (29.I.2012)

LA RAZON Y LA FE


PRIMERA LECTURA
Suscitaré un profeta y pondré mis palabras en su boca


Lectura del Libro del Deuteronomio 18, 15 20


Moisés habló al pueblo, diciendo: «Un profeta, de entre los tuyos, de entre tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios. A él lo escucharéis. Es lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea: "No quiero volver a escuchar la voz del Señor, mi Dios, ni quiero ver más ese terrible incendio; no quiero morir, " El Señor me respondió: "Tienen razón; suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca, y les dirá lo que yo le mande. A quien no escuche las palabras que pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas. Y el profeta que tenga la arrogancia de decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de dioses extranjeros, ese profeta morirá.” » Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL
Sal 94, 1 2. 6-7. 8-9


R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. R.

Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.» R.



SEGUNDA LECTURA
La soltera se preocupa de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos


Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 7, 32 35


Hermanos: Quiero que os ahorréis preocupaciones: el soltero se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; en cambio, el casado se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su mujer, y anda dividido. Lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo y alma; en cambio, la casada se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su marido. Os digo todo esto para vuestro bien, no para poneros una trampa, sino para induciros a una cosa noble y al trato con el Señor sin preocupaciones. Palabra de Dios.


EVANGELIO
Enseñaba con autoridad


Lectura del santo evangelio según san Marcos 1,21-28


En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.» Jesús lo increpó: «Cállate y sal de él.» El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.» Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea. Palabra del Señor.


COMENTARIO


“A él lo escucharéis”, dijo Moisés refiriéndose claramente a nuestro Señor Jesucristo trece siglos antes. Pero hoy parece que nos negamos a escucharle, llegando incluso a negar, ya no sólo su autoridad, sino hasta su misma existencia como Dios. Nos estamos dejando seducir por aquella frase de la serpiente del Génesis que dice: “Seréis como dioses”.


Recuerdo que en mi adolescencia no hacía más que ponerme a dudar, incluso negar, la existencia de Dios. Estaba inducido por una ciencia sin filosofía y demasiada centrada en lo material, olvidando, mejor dicho, ignorando lo espiritual. Me gustaba leer libros de astrofísica o cosmología sin tener ni idea de las distintas leyes de la física o de conceptos matemáticos. Fue a partir del segundo viaje-peregrinación, en mayo de 1990, a Lourdes cuando, gracias a la conversación que mantuve con un gran sacerdote, pude ver compatible la ciencia y la fe.


«Cállate y sal de él». Esta frase tan imperativa de Jesús me la digo continuamente cada vez que mi pensamiento se desliza hacia la increencia. Sí, aunque os parezca increíble, hay veces que mi pensamiento me juega muy malas pasadas y...