Juan Mari Larrañaga Ysasi-Ysasmendi, autor de este blog

Juan Mari Larrañaga Ysasi-Ysasmendi, autor de este blog

domingo, 7 de octubre de 2012

No estamos hechos para vivir de contratos


Domingo B de la 27ª semana de Tiempo Ordinario
PRIMERA LECTURA
Y serán los dos una sola carne
Lectura del libro del Génesis 2, 18-24

El Señor Dios se dijo: - «No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle alguien como él que le ayude.» Entonces el Señor Dios modeló de arcilla todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo y se los presentó al hombre, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que el hombre le pusiera. Así, el hombre puso nombre a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no encontraba ninguno como él que lo ayudase. Entonces el Señor Dios dejó caer sobre el hombre un letargo, y el hombre se durmió. Le sacó una costilla y le cerró el sitio con carne. Y el Señor Dios trabajó la costilla que le había sacado al hombre, haciendo una mujer, y se la presentó al hombre. El hombre dijo: - «¡Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será Mujer, porque ha salido del hombre. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.» Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Sal 127, 1-2.3. 4-5. 6
R. Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien.

R. Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa.

R. Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida.

R. Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

Que veas a los hijos de tus hijos. ¡Paz a Israel!

R. Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.


SEGUNDA LECTURA
El santificador y los santificados proceden todos del mismo
Lectura de la carta a los Hebreos 2, 9-11

Hermanos: Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte. Así, por la gracia de Dios, ha padecido la muerte para bien de todos. Dios, para quien y por quien existe todo, juzgó conveniente, para llevar a una multitud de hijos a la gloria, perfeccionar y consagrar con sufrimientos al gula de su salvación. El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos. Palabra de Dios.

EVANGELIO
Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre
Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 2-16

En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús, para ponerlo a prueba: - «¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?» Él les replicó: - «¿Qué os ha mandado Moisés?» Contestaron: - «Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.» Jesús les dijo: -«Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios "los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne". De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.» En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: - «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.» Le acercaban niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: - «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.» Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos. Palabra del Señor.

COMENTARIO

En el Génesis se narra que Dios nos creó varón y mujer. Adán y Eva fue un “matrimonio”, la primera pareja bendecida por el Señor que tenían como única misión, aparte de ser administradores de toda la creación, la de “creced y multiplicaos” (Gn. 1, 28). El pecado original introdujo en el corazón de todos los hombres un desequilibrio motivando, entre otras muchas cosas, una cierta ruptura entre el hombre y la mujer.
Hoy en día, la palabra matrimonio va inseparablemente asociado a la de divorcio. Nos podemos casar y en un rato divorciarnos como quien cambia de chaqueta. No aguantamos un bache porque creemos que eso del matrimonio es un contrato entre dos personas sin más. Reducirlo a un mero contrato es no entender nada porque no estamos hechos para vivir de contratos cuando los sentimientos y, sobre todo, el amor tendrían que ser los criterios de los que se sustente el matrimonio.
Para los católicos, el matrimonio es un sacramento mediante el cual Jesucristo da las gracias necesarias soportar todo.