Juan Mari Larrañaga Ysasi-Ysasmendi, autor de este blog

Juan Mari Larrañaga Ysasi-Ysasmendi, autor de este blog

domingo, 24 de junio de 2012

Te hago luz de las naciones

Domingo B de la 12ª semana de Tiempo Ordinario. Natividad de San Juan Bautista

PRIMERA LECTURA

Te hago luz de las naciones

Lectura del libro de Isaías 49, 1-6


 

Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó; en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo: «TÚ eres mi siervo, de quien estoy orgulloso.» Mientras yo pensaba: «En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas», en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios. Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel -tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza-:«Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.» Palabra de Dios


 

SALMO RESPONSORIAL

Sal 138, 1-3. 13-14. 15

R. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente.


 

Señor, tú me sondeas y me conoces; me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. R.


 

R. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente.


 

Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente, porque son admirables tus obras; conocías hasta el fondo de mi alma. R.


 

R. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente.


 

No desconocías mis huesos, cuando, en lo oculto, me iba formando, y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R.


 

R. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente.


 

SEGUNDA LECTURA

Antes de que llegara Cristo, Juan predicó.

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 13, 22-26


 

En aquellos días, dijo Pablo: -«Dios nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza: "Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos." Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía: "Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias." Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que teméis a Dios: A vosotros se os ha enviado este mensaje de salvación.» Palabra de Dios.


 


 


 

EVANGELIO

El nacimiento de Juan Bautista. Juan es su nombre.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 57-66. 80


 

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: -«¡ No! Se va a llamar Juan. » Le replicaron: -«Ninguno de tus parientes se llama así.» Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: -«¿Qué va a ser este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel. Palabra del Señor


 

COMENTARIO


 

"Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra", dijo el Señor a Isaías. Pero también a Juan el Bautista y, por añadidura, a todos nosotros.

De todos los personajes que aparecen en los evangelios, Juan es el único del cual conocemos toda su biografía, y todo gracias, principalmente, al evangelista san Lucas. Además, es el único santo que tiene en el santoral dos festividades: su Natividad (24 de junio) y su Martirio (29 de agosto).

Tal día como hoy, hace 35 años, recibí por primera vez a Jesucristo. Es un día de acción de gracias.

domingo, 17 de junio de 2012

Criterio de Dios

Domingo B de la 10ª semana

Tiempo Ordinario

PRIMERA LECTURA

Ensalzo los árboles humildes

Lectura del Profeta Ezequiel 17,22-24


 

Esto dice el Señor Dios: - Arrancaré una rama del alto cedro y la plantaré. De sus ramas más altas arrancaré una tierna y la plantaré en la cima de un monte elevado; la plantaré en la montaña más alta de Israel; para que eche brotes y dé fruto y se haga un cedro noble. Anidarán en él aves de toda pluma, anidarán al abrigo de sus ramas. Y todos los árboles silvestres sabrán que yo soy el Señor, que humilla los árboles altos y ensalza los árboles humildes, que seca los árboles lozanos y hace florecer los árboles secos. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré. Palabra de Dios


 


 

SALMO RESPONSORIAL

Sal 91,2-3. 13-14. 15-16

R. Es bueno darle gracias, Señor


 

Es bueno dar gracias al Señor y tocar para tu nombre, oh Altísimo, proclamar por la mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad. R


 

R. Es bueno darle gracias, Señor


 

El justo crecerá como una palmera, se alzará como un cedro del Líbano; plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios de nuestro Dios. R


 

R. Es bueno darle gracias, Señor


 

En la vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso, para proclamar que el Señor es justo, que en mi Roca no existe la maldad. R


 

R. Es bueno darle gracias, Señor


 


 

SEGUNDA LECTURA

En el destierro o en patria, nos esforzamos en el Señor

2Cor 5, 6-10


 

Hermanos: Siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras vivimos en el cuerpo, estamos desterrados, lejos del Señor. Caminamos guiados por la fe, sin ver todavía. Estamos, pues, llenos de confianza y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor. Por eso procuramos agradarle, en el destierro o en la patria. Porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo, para recibir el premio o el castigo por lo que hayamos hecho en esta vida. Palabra de Dios

 

EVANGELIO

Era la semilla más pequeña, pero se hace más alta que las demás hortalizas

Mc 4, 26-34


 

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha". Les dijo también: "¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra". Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado. Palabra del Señor


 

COMENTARIO


 

La mayoría de la gente de la época en la que Jesucristo vive su vida terrena, a la cual se dirige su mensaje, es sencilla y sin mucha cultura. De ahí que les hablara en parábolas, breves narraciones que encierran una educación moral y religiosa, revelando una verdad espiritual de forma comparativa. Se basan en hechos u observaciones creíbles, teniendo la mayoría elementos de la vida cotidiana. Sin embargo, entre los discípulos, hubo personas muy cultas, no solo israelitas, que se acercaron a Jesús y se convirtieron, aceptando su mensaje, que estaba inscrito desde siempre dentro de sus corazones.

Como dice san Pablo en la segunda lectura extraída de la Segunda carta a los Corintios, "caminamos guiados por la fe, sin ver todavía". Dejarse guiar por el Espíritu Santo, la fe en Él ciegamente, como un niño se fía de su padre, es clave para el seguimiento. Vemos, sí, pero, lo que se ve es lo corrupto, lo destinado al polvo, por muy bello y maravilloso que sea.

También san Pablo, en esta misma segunda lectura, nos advierte de que "todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo" y de que recibiremos un premio o un castigo según "lo que hayamos hecho en esta vida". Pero, ¿con qué criterio seremos juzgados? El del Amor. Como Dios es amor, el mismo amor con que Él nos amó debía serlo. Nuestros criterios son muy parciales por estar llenos de prejuicios, de egoísmo…


 

domingo, 10 de junio de 2012

Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

Domingo de la 10ª semana de Tiempo Ordinario.

PRIMERA LECTURA

Ésta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros

Lectura del libro del Éxodo 24, 3-8


 

En aquellos días, Moisés bajó y contó al pueblo todo lo que había dicho el Señor y todos sus mandatos; y el pueblo contestó a una: - «Haremos todo lo que dice el Señor.» Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. Se levantó temprano y edificó un altar en la falda del monte, y doce estelas, por las doce tribus de Israel. Y mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer al Señor holocaustos, y vacas como sacrificio de comunión. Tomó la mitad de la sangre, y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar. Después, tomó el documento de la alianza y se lo leyó en alta voz al pueblo, el cual respondió: - «Haremos todo lo que manda el Señor y lo obedeceremos.» Tomó Moisés la sangre y roció al pueblo, diciendo: - «Ésta es la sangre de la afianza que hace el Señor con vosotros, sobre todos estos mandatos.» Palabra de Dios.


 

SALMO RESPONSORIAL

Sal 115, 12-13. 15 y 16bc. 17-18

R. Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.


 

Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación, invocando su nombre.


 

R. Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.


 

Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles. Señor, yo soy tu siervo, hijo de tu esclava; rompiste mis cadenas.


 

R. Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.


 

Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor. Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo.


 

R. Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.


 

SEGUNDA LECTURA

La sangre de Cristo podrá purificar nuestra conciencia

Lectura de la carta a los Hebreos 9, 11-15


 

Hermanos: Cristo ha venido como sumo sacerdote de los bienes definitivos. Su tabernáculo es más grande y más perfecto: no hecho por manos de hombre, es decir, no de este mundo creado. No usa sangre de machos cabríos ni de becerros, sino la suya propia; y así ha entrado en el santuario una vez para siempre, consiguiendo la liberación eterna. Si la sangre de machos cabríos y de toros y el rociar con las cenizas de una becerra tienen el poder de consagrar a los profanos, devolviéndoles la pureza externa, cuánto más la sangre de Cristo, que, en virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como sacrificio sin mancha, podrá purificar nuestra conciencia de las obras muertas, llevándonos al culto del Dios vivo. Por esa razón, es mediador de una alianza nueva: en ella ha habido una muerte que ha redimido de los pecados cometidos durante la primera alianza; y así los llamados pueden recibir la promesa de la herencia eterna. Palabra de Dios.


 

EVANGELIO

Esto es mi cuerpo. Ésta es mi sangre

Lectura del santo evangelio según san Marcos 14, 12-16. 22-26


 

El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos: - «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?» Él envió a dos discípulos, diciéndoles: - «ld a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: "El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?" Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena.» Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua. Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo: - «Tomad, esto es mi cuerpo.» Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo: - «Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.» Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos. Palabra del Señor.


 

COMENTARIO


 

Recientemente leí, u oí, no recuerdo bien, una frase que viene a decir que todas las religiones paganas tienen un punto de profecía de Cristo. En cierto sentido, incluso las más primitivas que aun hoy subsisten en el Amazonas y en el África Subsahariana, todas llevan, sin saberlo, un aroma cristiana. De ahí que la gran mayoría de los pueblos indígenas americanos acogieran favorablemente la fe católica.

¿A qué viene todo este rollo de las religiones paganas y la fe católica? Muchos de los que se declaran "católicos NO practicantes" y "creyentes", lo hacen sin conocer verdaderamente lo que significa y, para no complicarse en una búsqueda en comunidad, con lo que ello comporta de tiempo, van a lo más cómodo y sencillo.

Yo, antes de mi primera gran conversión, era de ese grupo. La verdad es que, durante mi adolescencia, no me importaba nada Cristo. Creía, sí, pero a mi manera. Iba a Misa en muy contadas ocasiones y comulgaba; eso sí, cada vez que lo hacía, sentía algo, un vuelco en el corazón, como si el Señor me llamara, y esa sensación duraría días o semanas. Algunas veces, con migas grandes de pan que sacaba y que hacía una bola para apastarla a modo de hostia, jugaba a ser sacerdote, sin saber las implicaciones que comporta el sacerdocio. Además, por aquel entonces, no tuve ninguna conversación seria y duradera con un sacerdote.

Cuando hablé de esto con un padre legionario, ya conocía todas sus implicaciones. Incluso antes me lo había insinuado un amigo al que había ayudado dando una catequesis a un grupo de confirmandos días después de mi Confirmación. Pero, ¿cómo iba a ser sacerdote si no tengo movilidad, si no puedo ni santiguarme? Dios me quería para sí, pero de otra manera.

Pido al Señor, en este día del Corpus Christi, fortaleza para perseverar hasta el final en la misión y en la vocación a la que he sido llamado. Que su gracia ilumine mi mente y dé paz a mi corazón.

sábado, 2 de junio de 2012

La Santísima Trinidad

Domingo de la 9ª semana de Tiempo Ordinario.

PRIMERA LECTURA

El Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro

Lectura del libro del Deuteronomio 4, 32-34. 39-40


 

Moisés habló al pueblo, diciendo: - «Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: ¿hubo jamás, desde un extremo al otro del cielo, palabra tan grande como ésta?; ¿se oyó cosa semejante?; ¿hay algún pueblo que haya oído, como tú has oído, la voz del Dios vivo, hablando desde el fuego, y haya sobrevivido?; ¿algún Dios intentó jamás venir a buscarse una nación entre las otras por medio de pruebas, signos, prodigios y guerra, con mano fuerte y brazo poderoso, por grandes terrores, como todo lo que el Señor, vuestro Dios, hizo con vosotros en Egipto, ante vuestros ojos? Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Guarda los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre.» Palabra de Dios.


 


 


 

SALMO RESPONSORIAL

Sal 32, 4-5. 6 y 9. 18-19. 20 y 22

R. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió con heredad.


 

La palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra.


 

R. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió con heredad.


 

La palabra del Señor hizo el cielo; el aliento de su boca, sus ejércitos, porque él lo dijo, y existió, él lo mandó, y surgió.


 

R. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió con heredad.


 

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre.


 

R. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió con heredad.


 

Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo; que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.


 

R. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió con heredad.


 


 


 


 

SEGUNDA LECTURA

Habéis recibido un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!» (Padre)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 14-17


 

Hermanos: Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritan «¡Abba!» (Padre). Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, ya que sufrimos con él para ser también con él glorificados. Palabra de Dios.


 

EVANGELIO

Bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

Lectura del santo evangelio según san Mateo 28, 16-20


 

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les habla indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: - «Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. » Palabra del Señor.


 

COMENTARIO


 

Al santiguarnos decimos: "En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". Es la invocación más corta a la Trinidad Santa que vale tanto para iniciar un rato de oración, la Misa, pasar un miedo, evitar tentaciones…, como para bendecir. Lo solemos hacer sin decir palabra alguna, con el simple gesto de la señal de la cruz basta (santiguarse). Vemos este gesto, cada vez con menor frecuencia, en eventos deportivos para ponerse en manos del Dios Uno y Trino (tres personas y un solo Dios) o para agradecerle el éxito.

La Santísima Trinidad es el misterio de la comunidad del Amor glorificada y siempre santificada. En el Credo, enumeramos a las Tres Personas, al igual que al santiguarnos, y, sin embargo, nuestra fe se fundamenta en la Santísima Trinidad (cfr. S. Cesáreo de Arlés, Cat. 232). El mismo Jesús nos lo manda.

También nos dice: «Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. » Pero…, ¿somos conscientes de ello realmente? ¿Creemos que Él está en el seno de Dios, que vive y que forma parte de la Santísima Trinidad?