Juan Mari Larrañaga Ysasi-Ysasmendi, autor de este blog

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domingo, 30 de septiembre de 2012

Cortar con todo aquello que nos separe de la voluntad de Dios


Domingo B de la 26ª semana de Tiempo Ordinario.
PRIMERA LECTURA
¿Estás celoso de mí? ¡Ojalá todo el pueblo fuera profeta!
Lectura del libro de los Números 11,25-29

En aquellos días, el Señor bajó en la nube, habló con Moisés y, apartando algo del espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta ancianos. Al posarse sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar en seguida. Habían quedado en el campamento dos del grupo, llamados Eldad y Medad. Aunque estaban en la lista, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu se posó sobre ellos, y se pusieron a profetizar en el campamento. Un muchacho corrió a contárselo a Moisés: - «Eldad y Medad están profetizando en el campamento.» Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino: - «Señor mío, Moisés, prohíbeselo.» Moisés le respondió: - «¿Estás celoso de mí? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor!» Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Sal 18, 8. 10. 12-13. 14 
R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante.

R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.

R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

Aunque tu siervo vigila para guardarlos con cuidado, ¿quién conoce sus faltas? Absuélveme de lo que se me oculta.

R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

Preserva a tu siervo de la arrogancia, para que no me domine: así quedaré libre e inocente del gran pecado.

R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

SEGUNDA LECTURA
Vuestra riqueza está corrompida
Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 1-6

Ahora, vosotros, los ricos, llorad y lamentaos por las desgracias que os han tocado. Vuestra riqueza está corrompida y vuestros vestidos están apolillados. Vuestro oro y vuestra plata están herrumbrados, y esa herrumbre será un testimonio contra vosotros y devorará vuestra carne como el fuego. ¡Habéis amontonado riqueza, precisamente ahora, en el tiempo final! El jornal defraudado a los obreros que han cosechado vuestros campos está clamando contra vosotros; y los gritos de los segadores han llegado hasta el oído del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en este mundo con lujo y entregados al placer. Os habéis cebado para el día de la matanza. Condenasteis y matasteis al justo; él no os resiste. Palabra de Dios.

EVANGELIO
El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Si tu mano te hace caer, córtatela
Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 38-43. 45. 47-48

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: - «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.» Jesús respondió: -«No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Y, además, el que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno. Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.» Palabra del Señor.

COMENTARIO

Hay una historia que dice, más o menos, así:
Dos monjes budistas iban caminando de viaje y tenían que cruzar un riachuelo. Iba también una mujer que no podía cruzar al otro lado. El anciano la cargó a la espalda para cruzarla. El joven se extrañó porque, generalmente, los monjes budistas no pueden tocar a una mujer pues se “contaminaría” su alma, y fue durante el resto del viaje preocupado. Al llegar al destino, éste le pide explicaciones y aquel le dice: “Yo la dejé allí. Tú la llevas todavía”.
Lejos de lo que diga la religión budista, esta historia viene muy a cuento con la parte final del Evangelio de este domingo. Hemos de apartar todo lo nocivo, todo lo que nos pueda separar de Dios. Incluso debemos cortar con aquellas personas  que, aunque las amemos mucho, sin embargo, por su propia idiosincrasia, es un inconveniente a la hora de hacer la voluntad del Señor.
También, debemos cortar con pensamientos eróticos e impuros y con preocupaciones por problemas cuya solución no esté en nuestras manos. Sin ir más lejos, el miércoles puse en mi muro de Facebook lo siguiente: “Hoy, de madrugada, me desperté con un pensamiento que, en realidad, no tendría que preocuparme. Soy español y me preocupa lo que está pasando en mi país, pero debo comprender que mi misión no es otra sino la de ofrecer todos mis sufrimientos a Dios por la salvación de todas las almas. No obstante… ¿hasta qué punto, Señor mío, puedo estar así, preocupado por algo cuya solución no está en mis manos, máxime siendo yo todo Tuyo?”. 

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