Juan Mari Larrañaga Ysasi-Ysasmendi, autor de este blog

Juan Mari Larrañaga Ysasi-Ysasmendi, autor de este blog

sábado, 19 de mayo de 2012

Dios y la libertad humana (I)

Domingo de la 7ª semana de Pascua.

La Ascensión del Señor

PRIMERA LECTURA

Lo vieron levantarse

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 1, 1-11


 

En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios. Una vez que comían juntos, les recomendó: - «No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo.» Ellos lo rodearon preguntándole: - «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?» Jesús contestó: - «No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo.» Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: - «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse.» Palabra de Dios


 

SALMO RESPONSORIAL

Sal 46, 2-3. 6-7. 8-9

R. Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas


 

Pueblos todos batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo; porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra.

R. Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas

Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas; tocad para Dios, tocad, tocad para nuestro Rey, tocad.

R. Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas

Porque Dios es el rey del mundo; tocad con maestría. Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su trono sagrado.

R. Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas


 

SEGUNDA LECTURA

Lo sentó a su derecha en el cielo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 17-23


 

Hermanos: Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos. Palabra de Dios


 

EVANGELIO

Subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios

Conclusión del santo evangelio según san Marcos 16,15-20


 

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: - «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.» Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban. Palabra del Señor.


 

COMENTARIO

La Ascensión es un misterio que debemos continuamente contemplar. Jesucristo ha ascendido al cielo sentándose a la diestra de Dios, no para desentenderse del mundo dejándolo a su suerte, ni mucho menos a esa incipiente comunidad de discípulos que fue enviada a predicar el Evangelio hasta los confines del mundo y que dio origen a la Iglesia. Muchos piensan, incluso católicos practicantes, que ahora Dios se desentiende de todo lo que ocurre en el mundo cuando, por hambruna, guerras, catástrofes naturales…, mueren miles de personas y otras tantas se ven obligadas a desplazarse cientos o miles de kilómetros lejos de su hogar, y la gran mayoría con lo puesto y sin nada más. Sin embargo, Él nunca ha abandonado a la Humanidad. Su aparente ausencia se debe al respeto que Él tiene de nuestra libertad y de las leyes de la naturaleza que formó, a pesar de Su omnipotencia para actuar. En determinadas épocas del pasado, Dios, siempre a través de mediaciones humanas, ha actuado con sus portentos. El ejemplo más claro lo tenemos en el Libro del Éxodo.

Hoy en día, sigue actuando, a pesar de nuestra incredulidad y falta de fe, en cada persona y en cada acontecimiento de nuestra existencia. No somos conscientes de ello porque creemos que todo es fruto o de nuestro esfuerzo o de nuestro deseo o, incluso, del azar. Sin embargo, cada persona es única y, por ello, es preparada por Dios para una singular historia de Amor. La libertad de cada una es respetada hasta el final, pero no deja de actuar mediante los acontecimientos ordinarios y extraordinarios y las personas con las que, a lo largo de su vida, se va relacionando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario